
Aunque dentro suyo no es tan solo un movimiento.
El feminismo no es solo leer un par de libros, un par de artículos y decir que crees que somos iguales a los hombres.
El feminismo es una toma de conciencia, es despertar de un largo sueño en el que hemos estado desde que somos bien niñas. Un sueño en el que nos pintaban princesas y príncipes, un sueño en el que nos decían como ser y qué hacer (y cómo hacerlo). Un sueño que tarde o temprano a muchas de nosotras nos habría acabado ahogando.
El feminismo es la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación que hemos sido y somos objeto por parte del colectivo de varones. Esta toma de conciencia es la que nos mueve a la acción para la liberación de nuestro sexo con todas las transformaciones de la sociedad que nosotras requerimos.El feminismo es aplicarnos lo aprendido y leído a nuestra vida diaria. Es dejar de ver a nuestras hermanas como competencia o rivales. Es ir cada día intentando deconstruir nuestras ideas del amor romántico y es intentar cada día (aunque duro) eliminar los celos de nuestra vida.
Es analizar nuestras acciones, porque sí, porque ninguna de nuestras acciones es libre y todas ellas están influenciadas por un sistema detrás. Porque aunque nos maquillemos porque queremos tampoco podemos pintar esta acción como libre y empoderante teniendo en cuenta que tenemos al patriarcado detrás que nos ha influenciado a maquillarnos desde bien pequeñas y a vernos mejor cuando estamos maquilladas.
Es no callarnos ni una, no volver a callar por miedo del qué dirán o qué pensarán. Es sororidad. Es defendernos entre nosotras. Es no volver a caer en las redes del patriarcado y criticarnos por la mas mínima tontería como puede ser nuestra ropa o la cantidad de chicos con los que una ha salido (al patriarcado le va genial dividirnos y que no estemos unidas).
El feminismo me ha enseñado a pensar mas objetivamente, y de otra manera. Dejar de pensar que las cosas son así porque sí y que no pueden ser cambiadas. O que si pueden serlo yo no pinto nada en el cambio, que solo soy un peón. Todas nosotras jugamos un gran papel en este juego de ajedrez, todas nosotras somos importantes en la lucha. Me ha enseñado a dejar de ser tan conformista con las cosas (y como he dicho, me ha enseñado a no callarme ninguna injusticia mas, sea por razón de sexo, orientación sexual, raza, clase o capacidad).

Me ha abierto los ojos a un mundo egoísta, apático, individualista, conformista y bastante reaccionario. El feminismo una de las cosas que me ha enseñado es que nada de lo que tenemos lo hemos conseguido por nuestra cara bonita y por diálogo, nadie nos ha dado nada porque fuera lo correcto y debiera ser así. Me ha enseñado que tenemos que luchar por lo que queremos y que sin lucha no conseguiremos nada (está muy bien creer que los que sí tienen nos darán a los que no porque "la buena gente existe" y "es lo que está bien" pero miremos como está el mundo, ¿en serio creemos esto? ¿Conseguimos derrocar al Antiguo Régimen pacíficamente? ¿Y el voto? ¿Consiguieron los rusos acabar con el feudalismo y la servidumbre en pleno s.XX mediante el diálogo? ¿Conseguimos nosotras el derecho a la maternidad sonriendo y pidiendo por favor? La respuesta a todo es no).
También me ha enseñado a quererme. Me ha enseñado que no tengo que contentar a nadie para quererme a mi misma y estar feliz conmigo. Me ha enseñado a ser feliz sola y que no necesito a nadie para serlo. El feminismo me ha traído paz interior (y no exagero), me ha traído seguridad.
Puedo parecer pesada con "mi politiqueo" o con mis comentarios feministas, puedo parecer idealista (como me han dicho bastantes veces) por creer que hay algo mas. Por no contentarme con lo que tengo y querer algo mejor no solo para mí, sino para todas nosotras y para todo el pueblo. Puedo parecer idealista por creer que las cosas no tienen porque ser así para las mujeres, personas LGBT, gente de color, obreros, personas discapacitadas o para los animales (otra es la opresión y explotación que ejercemos sobre ellos y mucha gente es ciega ante ella). ¿Pero sinceramente? Me da igual.

Sé que el mundo que yo quiero no lo veré yo, pero eso no significa que no lo vayan a ver algún día. Y con eso tengo suficiente.
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